Adicciones > El Entorno del Enfermo Alcohólico
La Familia
La familia, en un sentido genérico es fundamental tanto para el desarrollo de la enfermedad alcohólica como para la contribución a la recuperación del enfermo; de las relaciones familia-enfermo va a depender una u otra consecuencia.
El alcohólico controla inconscientemente a su familia, de tal modo que siempre se ve a sí mismo justificado con la bebida, provocando en los familiares reacciones en círculo vicioso, al beber la familia grita, llora, se queja, suplica, reza, amenaza o disimula, protege y defiende al alcohólico ante el temor de que se divulgue su condición de tal y de esta manera la familia hace daño al alcohólico que mantiene su ingesta de alcohol y no se ve en la necesidad de dejar de beber.
La familia ensaya entonces remedios domésticos que ponen en práctica unos tras otros a pesar de su implicación entre ellos, como traerle alcohol a la casa para que no acuda a los bares, beber con él, llevarlo y esperarlo a la salida del trabajo, amenazar con controlarle el dinero, apelar a sus sentimientos:
Todos tienen el efecto de incentivar la enfermedad y prolongarla más.
El alcoholismo no se cura con miedo o con amenazas y castigos de esta forma sólo se lograra aumentar los sentimientos de culpabilidad del enfermo (que no se sentirá tal) y los que tendrá que ahogar bebiendo.
Cosas que la familia no debe hacer
- No le predique, sermonee o regañe; con la característica poca tolerancia para la frustración que el alcohólico tiene, esto probablemente le incitará a beber más.
- Nunca use frases con la intención de conmoverlo emocionalmente, como: “Si tu me quisieras..., Si me quisiera a mí más que a la botella..., Si tuvieras vergüenza...”. Este método le aumentar sus sentimientos de culpabilidad, que tendrá que ahogar bebiendo aún más.
- No haga amenazas que usted no tenga intención de cumplir, o que no sea capaz de llevar a cabo.
- No considere a su alcohólico como un débil moral o le quite sus responsabilidades, dejándole sin un sentimiento de ser importante o de no valer nada.
- No evite a su alcohólico situaciones en las que se pueda tener ocasión de beber; no oculte botellas, las rompa o las vacíe. Tales actos solo consiguen hacerle enfurecer o volverlo violentamente a comprar mucho más para vengarse. Tenemos que aceptar que el alcohol existe en todas partes. Y que él, por sí mismo, tiene que afrontar esa tentación.
- Nunca le pida promesas. Pues las tendrá que romper y entonces le tendrá que engañar, las promesas y juramentos se dan fácilmente y se rompen fácilmente. Eso aumenta sus sentimientos de culpabilidad y la pérdida del respeto a si mismo.
- Nunca discuta o ponga presión en el alcohólico cuando esté bebiendo o borracho, pues la respuesta será negativa e incluso violenta. Nunca recurra a violencia física o castigo.
- No le tape, o encubra, o busque excusas por ser alcohólico, eso le quitaría la responsabilidad de sus actos y sabiendo que no tiene que pagar por las consecuencias de sus actos tenderá a repetirlos.
- No tenga exceso de confianza o espere una cura inmediata cien por cien.
- Pruebe a no ser mártir y a no sentirse avergonzado. Tampoco se crea que es usted la causa de su bebida.
- No use a los niños como un arma contra él o los vuelva contra él. Ni él ni ellos se lo perdonarán.
Cosas que la familia del alcohólico debe hacer
- Aprenda los hechos acerca del alcoholismo. Aprenda a distinguir entre hechos probados y prejuicios falsos acerca del alcohol y alcoholismo. Asista a conferencias sobre estos problemas, lea todo lo que vea acerca del alcoholismo, vea películas sobre el mismo tema, etc.
- Trate de cambiar su actitud para que se ajuste a los hechos que usted haya aprendido acerca de alcoholismo.
- Ponga a prueba esta actitud, haciendo un examen honesto de usted mismo, o acerca de consideraciones como: ¿Estoy verdaderamente convencido de que el alcoholismo es realmente una enfermedad? ¿Cuál es mi actitud hacia mi familiar: de amor, de indiferencia o de rechazo?
- Discuta la situación con una persona que hará experimentado algún aspecto del alcoholismo, bien como alcohólico o como miembro de la familia de un alcohólico.
- Acepte si es esa conclusión de que su familiar es un enfermo, no un vicioso ni un degenerado.
- No beba usted absolutamente nada, aunque el alcohólico le diga que a él no le importa que usted beba: El alcohólico subconscientemente, se resiente de que su compañero no alcohólico sea capaz de beber normalmente, y eso le puede hacer que vuelva a beber.
- No tiente adrede al alcohólico ofreciéndolo alcohol o poniéndole una botella cerca de él para probarlo. Eso es crueldad, sadismo y si él bebe, le está bien empleado a usted.
- Estimule, anime, aliente sus nuevos intereses y participe, cuantas veces sea posible, en actividades y ocasiones que a él le gusten. Anímelo a reanudar viejas amistades. Mejor que trabajar en exceso es tener un pasatiempo después del trabajo corriente.
- Tenga paciencia y viva día a día; el alcoholismo, generalmente, tarda en desarrollarse mucho tiempo y la recuperación no ocurre de la noche a la mañana. Acepte contratiempos y recaídas con ecuanimidad.
- Hable a su alcohólico, acerca de su modo de beber, sólo cuando esté sobrio; el mejor momento es inmediatamente después de una borrachera, cuando la resaca, la depresión y el remordimiento predominan.
- Explique a sus hijos que el alcoholismo es una enfermedad. Los mayorcitos harían bien asistiendo a las mismas conferencias que usted. Trate de que no vean a su padre cuando está muy borracho. Ponga objetos peligrosos fuera de la vista y esconda las llaves del coche y moto.
- Explique a sus hijos que el alcoholismo es una enfermedad no es un vicio.
- Acuda hoy mismo a las Asociaciones de Alcohólicos Anónimos o Rehabilitados donde le informaran de un plan de recuperación a seguir y asista a sus reuniones familiares. El familiar necesita estas terapias tanto como el alcohólico.
En resumen: No permita que el alcohólico le explote o le convenza, porque al hacerlo, usted se convierte en su cómplice para evadir las responsabilidades que le corresponden a él.
Consecuencia familiares del alcoholismo
- El desajuste familiar: en el cual existen tensiones y disfunciones provocadas tanto por la conducta del paciente como por la respuesta de los familiares a esas alteraciones. Estos desajustes son más frecuentes cuanto más alterada es la personalidad del alcohólico.
- La separación conyugal: legal o de hecho, culminan frecuentemente las situaciones de desajuste y supone así mismo el comienzo de la marginación familiar del alcohólico.
- La disgregación familiar: es una situación dramática en la cual la familia estalla, con consecuencias imprevisibles, generalmente negativas.
- La degradación familiar: define la situación en la que se asiste a una trayectoria negativa, en declive, de la familia, que llega a niveles incluso ínfimos tanto económicos, como culturales o éticos.
En tanto al desajuste familiar representa el tipo de complicación familiar de grado leve, la separación, la disgregación y la degradación integran la complicación familiar de grado grave.
A través de los mecanismos de identificación, los mayores de la familia ejercen un poderoso influjo estructurante sobre la personalidad infantil. La configuración de este influjo es ajena a factores de la vida voluntaria y depende estrictamente, en primer lugar, del modo de familia en el que vivimos.