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Guía de Sexualidad > Educación sexual

Todas las personas tienen derecho al acceso a la educación y a la información correcta, no sexista y libre de estereotipos, en todo lo que concierne a su salud, derecho y responsabilidades en materia de sexualidad y reproducción. La educación sexual es una parte de la educación, consiste en ayudar a comprender y a desarrollarse como seres sexuados distintos, al hombre y la mujer. “Una educación sexual verdadera propone la formación correcta de la persona humana en orden a su fin último y al bien de las sociedades de las que el hombre es miembro y en cuyas responsabilidades participa cuando llegue a ser adulto” (Concilio Vaticano II).

Qué es la educación sexual

Podemos entender por Educación Sexual al conjunto de aprendizaje que permiten el buen desarrollo de las capacidades sexuales, su coordinación con las demás facultades y la consecución de una buena interrelación con las otras personas que resulten estimulantes por su condición sexuada y sexual, consiguiendo altos niveles de espontaneidad y comunicación, de respeto y estima.

La definición dada por el Equipo Multidisciplinario del Instituto Nacional de Educación Sexual entiende por educación sexual “la parte de la educación general que incorpora los conocimientos bio-psico-sociales de la sexualidad, como parte de la formación integral del educando. Su objetivo básico es lograr la identificación e interacción sexual del individuo y capacitarlo para que se cree sus propios valores y actitudes que le permitan realizarse y vivir su sexualidad de una manera sana y positiva, consciente y responsable dentro de su cultura, su época y su sociedad”.

La psicología del hombre y de la mujer es totalmente distinta, una anatomía diferente, lo que hacen que su comunicación, comportamiento y manera de manifestarse sea totalmente distinta.

En la actualidad la educación sexual que se imparte a los adolescentes se centra básicamente en la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados, lo que es mejor que nada, pero no es ni preventivo ni enriquecedor porque deja a los jóvenes con muchas lagunas sobre el tema. Además, educar no es lo mismo que informar.

La psicóloga Gemma Sainz explica que las preocupaciones de los adolescentes son el reflejo de lo que la sociedad considera problemático, como las conductas de riesgo, aunque a su juicio lo realmente importante es ayudarles a entender su proceso de sexuación. “Deben vivenciar su sexualidad para que hagan lo que les apetezca hacer o no hacer en sus relaciones eróticas, siempre desde el respeto a los demás. Es decir, que desde la sexología no trabajamos sólo lo urgente, sino también las actitudes hacia el sexo o los sexos”, explica.

En la “Asexoría de la sexualidad” que funciona en el del Ayuntamiento de Vitoria han constatado que las chicas acuden más que los chicos en busca de información y la edad media de quienes visitan estas consultas suele rondar los 23 años. “La gente cree erróneamente que la sexualidad sólo tiene que ver con lo genital o con las relaciones sexuales compartidas, y la mayoría viene cuando ya ha empezado a tenerlas”, apunta Ana Ramírez de Ocáriz, la responsable del centro. Las preguntas más habituales que suelen hacer están relacionadas con la masturbación, el embarazo, anticonceptivos, la primera vez, la homosexualidad, la transexualidad, cómo atraer a alguien que les gusta o el miedo a ser rechazado.

Entre los adolescentes existen falsas creencias relacionadas con el coito. “Casi todos piensan que es la relación sexual más importante y todos los temores giran alrededor de este tema. Los chicos, por ejemplo, creen que les van a dar placer seguro a las chicas y que todas van a tener orgasmos. Ellas, a su vez, sufren una gran ignorancia sobre su propio cuerpo, no conocen bien sus genitales ni cómo sentir placer”, comenta Ana Ramírez de Ocáriz.

Entre el 50% y el 60% de los jóvenes se inicia en las relaciones sexuales coitales a partir de los 17 ó 18 años. “Aunque siempre existen jóvenes que a los 25 años todavía no han tenido relaciones y otros que a los 13 años ya se han iniciado”, reconoce Ormatza. En cuanto a la masturbación, el 95% de los chicos empieza alrededor de los 13 años, mientras que la mayoría de las chicas no se masturba hasta los 17 años. Por otro lado, existen otras experiencias sexuales entre los chavales de 13 ó 14 años que ya tienen pareja, como las caricias placenteras que no llevan al coito.

Los contenidos que se incluyen en la educación sexual que ofertan los profesionales son muy amplios: anatomía y fisiología, respuesta sexual humana, conductas de riesgo, aspectos relacionados con la reproducción, anticonceptivos, imagen personal, autoestima, trabajo entre los sexos, relaciones interpersonales y de pareja, identidades y orientaciones sexuales, etc. La psicóloga y sexóloga Gemma Sainz, del Centro Sexológico Emaize, explica que desde la sexología se trabaja en sus tres claves básicas: sexo, sexualidad y erótica. “Se intenta abordar el sexo y reforzar la vivencia de la sexualidad de forma positiva para promover unas relaciones eróticas desde el respeto, el placer y la variedad, entendiendo las peculiaridades de cada uno”.

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