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Las zonas erógenas
Se denomina en sexología zonas erógenas a aquellas partes del cuerpo más sensibles, en mayor o menor grado, a los estímulos sexuales, bien sean acariciadas con la mano o con la boca, siendo susceptibles de provocar emociones voluptuosas, e incluso el orgasmo.
Podemos decir que las zonas erógenas comunes: el cabello, la boca, lóbulo inferior de las orejas, senos (no se debe ir directamente a los pezones hasta que la mujer se encuentre correctamente estimulada, ser prestará atención a los costados de los senos y entre ellos, realizando suaves caricias en movimientos circulares).
- El cerebro: La piel y mucosas comunican con el cerebro: hay una vía somática y otra erógena, al punto que si se corta está última (operaciones, cirugía, bloqueo emocional incluso) se percibe el contacto pero no hay representación cortical erógena. El cerebro procesa, produce, genera y recibe toda la información: sin él no hay placer, no hay erotismo posible, no hay amor ni pasión. Es el aparato psíquico quien da la respuesta emocional diferente, singular, personal, inefable. Una de las más potentes opciones sexuales del cerebro es la imaginación y la comunicación, es por ello que debe de estar presenten en el acto sexual como una zona erógena fundamental.
- El cabello: El estímulo del cuero cabelludo produce un relax muy placentero al comienzo de la relación.
- Orejas: El lóbulo de la oreja, la cavidad del pabellón auricular y la zona de detrás de la oreja aumentan su sensibilidad durante la excitación sexual, pero también como prólogo resultan muy sensibles a la estimulación oral.
- La boca: Tiene en los labios y en la lengua una de las zonas erógenas de mayor importancia, ya que tiene una sensibilidad táctil muy elevada. Se aconseja ir besando lenta y alternadamente el labio superior al inferior, humedeciendo toda la zona; la introducción de la lengua en la boca de la pareja para excitar su sensibilidad con suaves y rítmicos movimientos de vaivén laterales o en profundidad. Un juego estimulante es el de rozar suavemente la punta de la lengua con la punta de la lengua de la pareja; el beso incluso puede ayudar a explorar otras zonas, como el lóbulo de la oreja, nuca, pechos, yema de los dedos… siendo los pezones y las aureolas de los senos las zonas erógenas más privilegiadas, ya que la erección del pezón constituye un magnífico índice del grado de excitación de la mujer, siendo a la vez un estimulante visual y táctil para el hombre.
- Axilas, párpados: Son zonas especialmente sensibles a la estimulación bucal o manual. Los nervios parasimpáticos de los párpados pueden ser estimulados con algunos besos suaves sobre los ojos cerrados, produciendo una relajación que hace más sensible la relación.