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Sin lugar a dudas es la forma más cómoda, barata y factible para fotografiar animales salvajes para el usuario normal. No todo el mundo podemos costear Safaris Fotográficos, lo que es una lástima. |
La mejor hora es a primeras y últimas horas, ya que son en los horarios en los que los animales se encuentran más activos, además, a penas habrá gente.
Cada animal actúa de distinta manera, así que poseer alguna clase de conocimientos sobre ellos siempre te ayudará a fotografiarlos. Ten en cuenta que cada uno está activo en distintas horas del día, siendo por norma general la mañana un periodo de mayor actividad que la tarde, Unos hibernan, otros hacen valer su estatus social en época de reproducción, los hay que cambian su plumaje o mudan la piel, y un sinfín de cambios fisiológicos propios en cada especie.
Aunque las instalaciones de los zoológicos actuales han mejorado bastante, todavía hay veces en que las vallas y otros materiales influyen de una forma poco atractiva. El aislarlos del entorno para que los animales ofrezcan la sensación de estar en estado natural será primordial para la toma; para ello tendremos que trabajar con diafragmas pequeños para que dejen completamente desenfocados el primer término (generalmente una valla o vidriera) y centre toda la atención el animal, a costa, claro de perder profundidad de campo, pero ésta es la moneda que habremos que pagar para fotografiar en un zoo. Buscar un punto de vista adecuado que elimine elementos que delaten su cautividad tendrá que ser otra de nuestras prioridades.
No tomes al fotómetro como "la verdad absoluta", ten en cuenta que los fotómetros incorporados leen la luz reflejada, y ésta lectura puede ser incorrecta con animales de piel oscuras o con los que poseen un pelaje brillante. Toma al menos un par de fotos más aparte de la que el fotómetro da como buena: una con un diafragma por encima y otra con un diafragma por debajo. De lo que sí te debes fiar es del enfoque automático de tu réflex; si es manual, procura enfocar con la máxima precisión.
La escasa profundidad de campo de los teleobjetivos de 300 mm y 400 mm serán una magnífica ayuda, aunque también te será de ayuda un zoom de alta calidad con un recorrido entre 28 mm y el 135 mm. Y a ser posible con una cámara que nos dé la posibilidad de trabar con prioridad a la abertura o a la velocidad (dependiendo de lo nervioso que sea el animal). Un flash potente será muy útil para iluminar las situaciones de escasa luz o para congelar movimientos, eso sí, que sea TTL; con animales en movimiento no hay tiempo para cálculos y ajustes manuales. Si además tu cámara permite la sincronización a la segunda cortinilla, usa esta función para conseguir mayor fluidez de movimientos, ya que primero se abre el obturador, luego expone y cuando se va a cerrar, se dispara el flash. De esta forma la acción se va imprimiendo y justo en el último momento congela todos los movimientos.
El fondo que sea el más natural posible, esto te ayudará a crear una ilusión más fuerte de libertad. Escoge el fondo y luego espera a que pase por ese lugar. Busca encuadres que aíslen al máximo al animal, y toma primeros planos si te es posible. Da vueltas al rededor de tu motivo hasta encontrar un ángulo y posición que te permita aislar al motivo.
Aprovecha las últimas horas del día para cogerlos descansando o simplemente, aprovecha la calidez de su luz para obtener imágenes más románticas.
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