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El Colorete

El colorete se vende en dos modalidades principales: crema o polvo) que son los más fáciles de usar). A un rostro húmedo le corresponde un colorete cremoso y una cara empolvada requiere colorete en polvo. Si se mezcla un colorete en polvo sobre un rostro húmedo aparecerán manchas e irregularidades. En resumen, crema con crema y polvo con polvo.

El color debe ser el natural de la persona. Para ello pellizca la mejilla del modelo y guíate para así saber la tonalidad que va con su piel. Elige un tono tenue, ni demasiado claro ni demasiado oscuro, y no olvides que debe complementar el cutis no el color de los labios, aunque no es mala idea que barra de labio y colorete estén en la misma gama tonal: rosas con rojos y corales con ladrillos.

Una buena idea es poner colorete en la zona del pliegue del párpado en lugar de sombra de ojos. Esto proporciona calor y armonía al rostro.

Para su aplicación:

Los Ojos

Es la parte más complicada y delicada. Recuerda previamente tu decisión sobre qué resaltar. Si has decidido resaltar los ojos los colores deberán ser algo más vivos que si prefieres resaltar los labios. Decidas lo que decidas, serán los ojos quienes tendrán que llamar la atención, y no el maquillaje. Si necesitas tu tiempo para los ojos y piensas usar varios productos, puedes plantearte empezar el maquillaje por los ojos pues no conviene tener que volver a maquillar toda la cara. De todas formas, haz uso del truco de los polvos sueltos para tener la situación bajo control.

Respecto a la tonalidad de la sombra de ojos cada persona tiene sus preferencias, así que pregúntale. Igualmente, no suele quedar mal que sean de tonalidades derivadas del color de sus ojos, pero si no estás seguro olvídate de los colores y utiliza tonos neutros de la gama de los marrones, así si te equivocas a penas se notará. De todas formas, compra los tonos en acabados mate, resulta más natural. Los tonos neutros abarca desde colores vainilla y almendra claros hasta tonos medios como el gris pardo y terracota y tonos profundos como café. Guíate por los colores naturales. A las pelirrojas le van muy bien los marrones ladrillo y a las morenas los tonos moca. Ten en cuenta que los colores oscuros hunden los ojos y los claros los adelantan. Medita un poco antes de decidir.

Los polvos y polvos cremosos son los más populares. Los cremosos son algo más densos por lo que quizás te sea más fácil difuminar con los polvos. De cualquier forma, ambos se aplican con pincel.

Aunque existen varias técnicas, voy a comentar la más fácil y factible para neófitos y/o manazas como yo. Utilizando un pincel para sombra de ojos, empieza en la línea de las pestañas y extiende justo hasta encima del pliegue del párpado superior, difuminando siempre hacia arriba y hacia fuera. Si deseas ampliar el área del ojo, utiliza un color claro para reducirla a un tono medio. Si vas a trabajar con más de un color para realizar un degradado, comienza primero con el más claro y luego con los más oscuros.

Acostúmbrate a dar un pequeño golpecito al pincel para sacudir el exceso de producto y, mientras maquillas, limpia los cepillos con un pañuelo de papel para facilitar la difuminación. Fija luego los ojos maquillados con polvos.

Según el tipo de ojos tendrás que maquillar de una forma u otra:

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