| MP | Resolución VGA | Tamaño Máximo de Impresión |
|---|---|---|
| 1.3 | (1280x960) |
Fotos hasta 9x13 ó 10x15 cms. |
| 2.1 | (1600x1200) |
Fotos hasta 13x18 cms. |
| 3.1 | (2048x1536) |
Fotos hasta DIN A4 ó 18x24 cms. |
| 5.0 | (2560x1920) |
Fotos hasta DIN A3 ó 30x40 cms. |
| 6.0 | (2800 x 3733) |
Fotos hasta 40x50 cms. |
| 8.0 | (3000 x 4000) |
Fotos hasta 50x70 cms. |
Los tamaños de imagen más utilizados corresponden a múltiplos de la resolución de pantalla VGA a 640x480 píxeles. Estos múltiplos son: 800x600, 1024x768, 1280x960 (1.3MP), 1600x1200 (2.1MP), 2048x1536 (3.1MP) y 2560x1920 (5MP). Esto significa que si mi resolución es de 1024x768 y deseo ver imágenes sin ampliar en la pantalla, bastaría con tener una cámara digital de 1.3MP.
Curiosamente, aunque el proceso de retoque de la imagen sea completamente digital, tanto los colores capturados, como los mostrados en la pantalla, así como los que resulten impresos, pueden ser diametralmente distintos.
Tanto los escáneres e impresoras profesionales suelen traer los llamados perfiles de colores que nos ayudarán a equilibrar los resultados, pero aún así, los colores de impresión siempre pueden variar. La práctica con nuestro equipo nos ayudará en esto.
Uno de los dispositivos más importante que hemos de calibrar es el monitor, incluso los de gama profesional vienen con unos adhesivos y/o controles especiales para su óptimo ajuste.
Para calibrar un monitor, normalmente deberemos de acudir a la opción que para ello nos suele proporcionar el software de retoque fotográfico (me refiero a aplicaciones de uso profesional, otras pueden no disponer de dicha opción). Entre las opciones que se nos presentan, suelen estar el modelo de monitor (si nuestro monitor es de una marca de reconocido prestigio, seguramente encontraremos un modelo que nos valga, si no utiliza "por defecto" o "predeterminada"); también es importante definir el nivel de luminosidad de nuestro lugar de trabajo, que en caso de ser cambiante o no estar muy seguro de qué elegir, mejor usar la opción de luminosidad "Media". De cualquier forma, no sitúes el monitor en un fuerte contraluz o dándole el sol completamente en la pantalla.
Ahora tenga nuestra impresora perfil de color o no, lo adecuado será comparar la impresión con la imagen que se visualiza en la pantalla. Para ello, créate una imagen con barras gruesas de distintos colores e imprímela (sin realizar ningún tipo de ajuste) junto con algún retrato, estando ambas imágenes en CMYK, pues recuerda que la impresora es más parecido a una "imprenta" que a un dispositivo capaz de imprimir infinidad de colores (como puede ser la emulsión fotográfica).
Con los resultados en la mano, ahora compara las imágenes con el resultado impreso, si hay que recalibrar el monitor (porque no son iguales), actuaremos ahora sobre la "gamma" para establecer la semejanza del nivel de blanco y negro de la imagen con la impresa, y quizás también haya que reajustar el valor de "equilibrio", para una respuesta de color semejante, pero ve comprobándolo color a color, te será más fácil. Ahora ya debería de estar el monitor calibrado.
Otro ajuste que podemos realizar es el de las tintas de impresión, pero esto dependerá de la impresora que tengamos, y es un ajuste "poco importante", el imprescindible es la calibración del monitor. Sobre la impresora, a la hora de imprimir, algunas permiten aumentar el brillo y la saturación de los colores, pero vamos, que si hemos realizado bien la calibración del monitor, tampoco habrá necesidad de hacer más.
Sobre este respecto, dependerá sobre todo de nuestro poder adquisitivo y del dominio que tengamos sobre una aplicación. En el mundo del retoque fotográfico, la referencia para todos es el programa de Adobe System: Adobe Photoshop, un programa de un altísimo nivel de calidad, por supuesto de precio, y que necesita de un cierto aprendizaje para sacarle todo el jugo posible. Otra ventaja, es que existen terceras empresas especializadas en crear filtros de efecto adicionales para este programa, aumentando así su ya de por sí excepcional rendimiento, pero no olvides que esos filtros cuestan dinero.
Existen muchas otras clases de herramientas, tanto comerciales, como shareware e incluso gratuitas como el Paint Shop Pro, GIMP, etcétera, es cuestión de buscar a través de Internet, probar varios programas y quedarte con el que más te guste.
A modo de conclusión del tutorial, podemos ver que si hacemos cálculos en euros, nos daremos cuenta de que hace falta una inversión algo alta para trabajar en este sector, ¿significa eso que no se puede comenzar con medios más modestos? Por supuesto que sí, es más, no te niegues el placer del retoque digital, pero yo estaba hablando de trabajar adecuadamente con miras profesional o semi-profesional.
En los comienzos, sé modesto en tus ambiciones y ten paciencia. Podemos ir adquiriendo los periféricos y mejorando nuestra colección de software poco a poco o encargar a empresas especializadas las partes más sensibles: el digitalizado y la impresión de nuestro trabajo.
Recuerda que en esto también impera eso de: "Tú creas las fotos", lo que significa que un "aficionado" con talento, trabajo y buen hacer puede lograr grandes resultados sin contar con medios hiper-profesionales a su alcance.
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